by Joan Josep Pallàs (lavanguardia.com)

Solomeo, a 15 kilómetros de Perugia, se eleva sobre una colina de la región italiana de Umbría. A estas alturas debería ser un antiguo pueblo medieval de tantos, vacío y despoblado, pero hoy emerge, plenamente restaurado, en forma de aldea hecha de piedra y refinamiento.

Los italianos dicen de ellos mismos que uno a uno son capaces de todo, pero todos juntos, de poco. A Brunello Cucinelli le define ese dicho. Nacido a escasa distancia de Solomeo, hace tres décadas decidió rehabilitar muro a muro la vecchia villa y lo ha conseguido. No cuesta imaginar que el dinero se le cae de los bolsillos. Cucinelli es un gran nombre de la moda italiana, sobre todo gracias a sus prendas de cachemir. Si ustedes no son ricos, ahórrense ojear el precio de su catálogo. Solomeo, el capricho vital de Cucinelli, es sede también de las oficinas centrales de su compañía. El martes pasado se permitió otro antojo más mundano: ser el anfitrión de una jornada que reunió a gente del fútbol con motivo de la publicación de la lista de los 100 aspirantes a ganar este año el premio Golden Boy, el mejor jugador del mundo nacido en o después del año 2004 y que juega en Europa.

En primera posición, elevado por el algoritmo (a partir de ahora deberán hacerlo sucesivamente aficionados y periodistas), brilla el nombre de Lamine Yamal, la joya de la corona de la Masia, el cachemir del Barça. Le siguen João Neves (Benfica) y Alejandro Garnacho (Manchester United). El premio lo entregará en diciembre el diario Tuttosport .

Entre los invitados a las ponencias estaban el mítico portero Gianluigi Buffon, retirado pero aún de figura física gigantesca, el representante Giovanni Branchini (el de Ronaldo… aún despotrica del Barça pasados 25 años de aquello), así como Bojan Krkic, coordinador del área de fútbol del FC Barcelona… read more